Opinió

Los pasos de Europa para un ejército comunitario


La seguridad de Europa está profundamente condicionada por su posición en el orden internacional. Así como en la década de los 90 el tema central de estudio en el ámbito de seguridad internacional fue el final de la Guerra Fría, en la primera década de los 2000 fue el auge del terrorismo global y las intervenciones en Afganistán e Iraq  post 11 de septiembre de 2001. En esta década la agenda de seguridad estará marcada por la llamada “Primavera Árabe”, el aparente atrincheramiento estratégico de Estados Unidos, el auge de las nuevas potencias, en especial China e India, el supuesto declive de Europa y resurgimiento del revanchismo ruso. En esta dinámica, y aunque parece improbable que otra potencia releve a EEUU como potencia global, todo apunta a que en los próximos años  el sistema internacional dejará de tener una naturaleza unipolar. Esto también abre el debate sobre la posición que Europa tomará en el orden internacional cuando esto ocurra. Inequívocamente, esto también estará estrechamente relacionado con la dirección que Europa tome en cuanto a su arquitectura de seguridad.

En los últimos años se ha hecho eco de algo que los expertos en integración europea y relaciones internacionales consideran un secreto a voces. La creación de un ejército europeo parece un hecho más probable y cercano en el tiempo de lo que muchos predecían; para deleite de los federalistas europeos, e inquietud para los euroescépticos. El proyecto, liderado por Alemania, genera opiniones enfrentadas, mientras sus defensores ven en la creación de una fuerza comunitaria un impulso para el afianzamiento de Europa como potencia mundial, los líderes de muchos otros estados europeos, especialmente el Reino Unido y varios estados de Europa Oriental, reciben la noticia con inquietud dada la posibilidad de que esto deje a la OTAN en un segundo plano.

Esta disparidad de visiones con respecto al proyecto puede ser resumida en cómo el núcleo duro de los integracionistas cree que Europa no necesita más de la tutela de Estados Unidos en cuanto a su seguridad, especialmente tras haber arrastrado a Europa a dos conflictos en Oriente Próximo, con resultados desastrosos para el Viejo Continente. Como consecuencia directa de las intervenciones en Iraq en 2003 y Siria desde 2011, la UE se ha visto desbordada por olas masivas de migración y ha sido golpeada duramente por el terrorismo yihadista. Por otro lado, el Presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, defensor activo de la creación de unas fuerzas armadas europeas, también considera que además de fortalecer los lazos entre los estados miembros, este ejército serviría como medida disuasoria frente al expansionismo ruso.

Por su parte, los estados reacios a aceptar la creación de este supuesto ejército europeo, argumentan su oposición al proyecto con su cercanía a la OTAN. Bien conocida es por todos la especial relación que el Reino Unido mantiene con los Estados Unidos, que junto a la aparente brecha entre el gobierno británico y la UE a raíz del Brexit, han hecho de este país una de las voces más activas contra la idea del ejército europeo.  También, en este grupo de oposición, encontramos a distintos estados miembros de Europa Oriental, para ellos, además de lo que muchos otros miembros parecen querer evitar; el gasto económico, el principal motivo para distanciarse de la propuesta tiene que ver con su geografía y su historia reciente. Siendo estados cercanos a Rusia y su zona de influencia, y habiendo sido sometidos muchos de ellos al dominio soviético durante décadas, encontraron en la OTAN y en Estados Unidos el aliado para la disuasión de la “amenaza” rusa. Mediante esta alianza, ciertamente se consiguió lo que se pretendían, defender sus territorios de una posible agresión rusa, y sin apenas un coste económico, ya que Estados Unidos es el principal inversor en la organización.  Es por ello, que estos estados temen que una nueva organización de seguridad regional, que compita con la OTAN, no sea igualmente efectiva, y que además suponga un importante gasto económico para sus miembros.

Además de los apoyos y detractores a la propuesta, existe también la dificultad añadida de cómo se encajarán los estados miembros de la UE que sostienen una posición de neutralidad en el supuesto de que finalmente se cree este ejército europeo.

Fuentes

  • Instituto Español de Estudios Estratégicos , Presente y futuro de la política  de Seguridad y Defensa de la Unión Europea, (Madrid, CESDEN, 2018).

  • Soeren Kern, European leaders discuss plan for European Army, (New York, Gatestone Institute, 2016)

  • Elisabeth Braw, Germany is quietly building a European Army under its command, (Washington D.C , Foreign Policy 2017)

  • Andrew Sparrow, Jean Claude Juncker calls for EU army, (London, The Guardian, 2015)

Foto: Israel Palacios en Unsplash


2018  Europa